sábado, 23 de octubre de 2010

Ya pasó

Ya pasó.

Pero quedan los estragos de amargura, desesperación callada, inmóvil, confundida.
Mi vida es así: despertar a las 11 am con la tele encendida, una lata de coca-cola 600ml, a mi lado, medio llena, medio vacía. Un andamio que hace ruido en el tejado de enfrente, taladros, clavos, risas, “they ve been talking about West Ham´s “super stars” for hours”, nubes ligeras, un cuervo que no deja de hacer ruido todos y cada uno de los días, sea invierno, sea primavera. El tren a las 12:30 por tomar, todos los días, monedas de cobre en el piso, olor a mantequilla, más latas, más caballitos de la noche anterior, mi toalla caliente sobre la calefacción, recuerdos, ganas de tomar un avión, otro tren sin escalas, un megabus que me lleve a ti, oír tu voz, recordar, reír, ser los de antes, cierro los ojos para no pensar en eso.

Ya pasó, pero el viernes fue fatal, el sábado un idilio con las lágrimas que no dejan de caer. No estuviste, aunque te esperé, no estuviste, estuviste, aunque deseaba que nunca llegaras, Camino hacia la noche otra vez, con los pulmones llenos de algas rojas, con el estómago de metal, sin pupilas, callado, inconcluso, media arepa de pollo con queso en la mano.
Caminata diaria bajo la lluvia, entro al off license de paso, otras dos para el camino, ¿quién me dice que no? ¿a quién le interesa que sí?...

Ya pasó, pasó en ruido, en borroso, en secuencia. Lento, rápido, molesto, extrañando. Imposible, inimaginable, incoherente, incongruente, desmedido, desvalido, entrañando, siempre extrañando, oscuro, rotundo, recurso, extrañando años que no están.

Quedan cervezas, quedan refrescos, quedan televisiones encendidas, queda toda la vida sin ti.

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