jueves, 25 de noviembre de 2010

Vencido

Es sólo un reflejo. Es sólo una historia de escritorio, de vapor.
Es todo lo que tengo: el recuerdo defectuoso, la insistencia mnemónica. Las silabas que se han convertido en heridas sin sutura, planes de viaje de vuelo inscritos en una agenda vencida.
Sin rocanrol, sin miradas cómplices: absueltos de todo encanto.

Pero el tiempo es irreverente y envidioso, es una estación de metro, una idea sin imaginación, indecisa, disipada, insípida: idea de ti y de mi removiendo el asfalto a cada paso, dejando caer fuegos artificiales con apariencia eléctrica. Creciendo flores con el ritmo de nuestras manos entrelazadas. Es un coctel de vodka, clavos, canela, jugo de limón, arándano y Puker de Manzana que nunca te hizo efecto. Es la completa disertación sobre la insistencia en quitarme una chamarra de piel (misma que nunca he tenido). Arriba de un escenario desastroso en el que una banda de punk rock promueve la conclusión del sistema capitalista de acumulación de riqueza en su expresión occidental a una audiencia exaltada, desgarrar el interior con mis manos, arrojar los pedazos de agonía.

Levanté mi cerveza en señal de controversia; enfocar mis ojos con tus ojos para encontrarte sonriente, sonrojada, confundida, revelada. Oliendo al mismo perfume que revivió mi casa de campo de entre las tinieblas del arte popular de los años setenta.

Mi compleja intención de divertirte, de comprobarte la existencia de algo mas que un insuficiente mercado de palabras y letras bonitas envueltas en papel grueso de algodón no llego a donde debía llegar. La obra nunca se terminó, la inconclusión es ahora.

Schubert esta riendo desde algún lugar. Tu estas riendo desde algún lugar y no es conmigo. Estas, quizás, a la orilla de un escenario al lado de las bocinas a punto de estallar, deteniendo en tus dedos intensos que huelen vainilla y leche de coco, un anillo plateado con una piedra singular de color lila.

Impaciente, nerviosa, con ése brillo en los ojos miel que sólo puede significar dos cosas: el arranque deseoso de un futuro inmediato lleno de caricias, contracciones peristálticas, pupilas dilatadas y una sensibilidad auditiva desbordada. O bien: la esperanza casi ecuménica de presenciar la destrucción de una chamarra de piel a dos metros en un ángulo de 45 grados; la divinidad de un rockstar que sólo lo es en apariencia y no en esencia, ni en actitud, ni en actividad profesional; el levantamiento de una cerveza en son trofeístico por otro que no soy yo.

Tú, envuelta en piel de gallina, yo en el frío veraniego sentado escuchando a Glasvegas…


Glasvegas - "Flowers & Football Tops"

Glasvegas | Myspace Music Videos


mt*