lunes, 11 de octubre de 2010

paloma

Hoy, segundo día del mes que no recuerdo. Septiembre debe ser. Hora incierta, veo nubes y alguno que otro rayo de sol gris. Podría estar en cualquier punto austral o polar, donde los días duran una eternidad y la noche inexistente provoca.

Las noches se hacen días tan largos a veces. A veces tirado en el suelo, leyendo una revista tan inocua, a veces, sonriéndole a las ocasionales palomas y pájaros que se acercan y se miran entre ellos en el cable telefónico, haciendo parecer aquello una junta general presidida por PALOMA. Orden del día, lista, acuse de recibo. Las acciones buenas y malas el día, quien y dónde comerá granos robados, granos de maíz, granos dulces, desechos, basura, insectos, arroz inflado, arroz acaramelado, quiénes picarán el periódico de algún bello durmiente banquetero.

También, PALOMA, apunta: “desde hace 4 años y hasta hoy, he sido parte fundamental de estas reuniones matutinas, diariamente, anualmente, sin excepción…” y los demás ahí presentes murmuran –grgrgrghhr rrgrgrhhhr- “mi carrera es intachable,, jamás he fallado a ninguno de mis destinos, hoy aquí, como guardián solitario, quiero decirles a todos …” con sorpresa los demás se preguntaban -¿grgrgrhhh? ¿Hhshhshsrrrggrgr?- “hoy es mi último día en este lado de la tierra, no quiero que lloren, no quiero que murmuren, no quiero que pregunten, sólo dejen que cierre los ojos…”

Con un silencio interminable, todas volaron, dejando solo a PALOMA.

Extraña costumbre animal esta de dejar a sus seres queridos postrados en un cable.

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