domingo, 2 de mayo de 2010

Otra vez

Otra vez,

Yo no sabía del amor hasta el día en que te fuiste, el día que tomaste mi mano y me abrazaste así, apenas, casi sin fuerza y dos minutes después cerraste los ojos. Cuántas cosas habría callado, cuántos gritos habría callado.
Ahora que no estás frente a mi, ahora que lejos es un símbolo solar, lunar, planetario, ahora que estoy sin esos latidos que ya extraño, sin el vapor de tu vida, sin la tenue sonrisa, el tinto recuerdo, el señuelo perfecto para una noche insomne, ahora, en éstos, sin esos días de antes con tu bolso arreglado y tus labios brillantes para salir, tu ruin y aclimatado precepto de ignorarme, tu sombrío estruendo, tu cajón vacío hoy de recuerdos míos.
Estoy callado con dos lágrimas que suben desde el pecho y se quedan en los ojos porque no quieren verte, imaginarte, despreciarte, ellas quieren volver adentro, pensar que no te has ido…

Dejarnos de ver, sin vernos, sin vecindad, sin lejos/cerca, esas noches fueron un fracaso y las demás una caja de pañuelos perfumados; una deducción de lo perdido, lo que nunca recuperamos, días felices en el mar helado, arena entre los dedos, en el pantalón, en la caja de cereal, una camisa de flores, rompían las olas, olía a pescado y carne de cangrejo pútrida, carbón, un castillo en ruinas, las cartas no llegaron, las caras de la gente brillan, a cada paso la música se transforma, a cada señal de hambre o sueño o frío tus brazos me salvarían…


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