domingo, 21 de marzo de 2010

Desembarco

Me he dado cuenta de eso, el sol no calienta tanto y esta bufanda queda corta; soledad ahora y eterna nostalgia por las horas siguientes, el cielo sangrando, rosa y verde en lo más lejano, un vuelo de negocios, unas horas de distracción que te aparten de la entera soledad, aunque a 33 mil pies de altura las opciones no son muchas; una sonrisa amable de la chica más guapa a bordo, un tipo pasando a tu lado. Cerrar los ojos y encontrarte o encontrarme con las manos sudorosas, un vaso de plástico con dos hielos apenas deshechos; saliva en mi manga, una servilleta.

Es 15 de mayo, un día antes de tu cumpleaños, salgo a la noche, solo, como siempre, caminado, zapatos blancos, pantalón azul rey, gorra, great look, isn´t it? Pero el look no lo es todo, aunque para algunas zorras, perras, estúpidas, lo es todo.
Desembarco en cualquier bar a brindar con un vaso de ginebra por ti, siempre es necesario pedir un vaso doble, años de olvido no son tan fáciles de borrar, miro, siempre miro, pero esta vez no hay ninguna que voltee hacia mi, debe ser la luz, o quizás eres tú que no te has ido, las mujeres saben, siempre saben cuando algo pasa, bueno o malo, saben si piensas en alguien, si sueñas con alguien, si alguien pisó el último rescoldo de dignidad, es quizás, por eso, que nadie me mira. ¿dónde estás? ¿Dónde estarás hoy? Festejando en una casa ajena, en una cocina ajena, en una boca ajena, en una botella de tequila ajena, con unos ajenos desconocidos que ahora son tus conocidos, en una barba, en una sabana, en una noche ajena, en una noche que se convierte en madrugada en mi soledad ajena, con el pantalón ya sucio de tristezas, de cenizas, de licor ajeno, de luces azules ajenas, así es estar en un día ajeno, en un cumpleaños ajeno, en una mesa ajena, de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario